Latinoamerica

Una breve visita al Neoliberalismo


“Mirad a esos superfluos, se hacen ricos y sin embargo empobrecen.”

El agobiante neoliberalismo como dogma político-económico que se ha incrustado en nuestro mundo sin la anuencia de las mayorías, se encuentra sujeto al escrutinio mundial. Su nacimiento practico no se enmarca en el liberalismo clásico de fines del siglo XIX, sino en la década de los ochenta y parte de los noventa, cuando políticas neoliberales fueron implantadas por la dupla Estadounidense-Británica, seguidamente por la mayoría de los países de la OCDE [1]. Su objetivo es el de reducir el estado interventor con desregulación sustancial de la economía, paradigma este que ha suplantado al pensamiento Keynesiano que rigió el orden mundial entre 1945 y 1989.

Durante esta etapa se llevo a la práctica viejos preceptos repotenciados, encontrando adeptos poderosos y fundadores de un enfrentamiento radical entre el mercado y el Estado, entre ellos los llamados “Chicago Boys” influenciados por el economista Milton Friedman. Se sembró entonces una semilla que retoñó una sola rama de pensamiento, siendo las instituciones de educación superior (en especial las facultades de ciencias económicas) y los centros financieros más importantes del mundo occidental, los misioneros de proseguir su siembra indiscriminada, instituyendo así el llamado pensamiento único.

En septiembre de 1989 el político estadounidense Francis Fukuyama pone en relieve las ideas anteriores en su ensayo El fin de la Historia donde sostiene que estamos presenciando no solo el fin de la guerra fría sino el fin de la historia como tal, esto significa, el punto final de la evolución histórica de la humanidad y de la universalización de la democracia liberal occidental como forma final de gobierno humano. Poco tiempo duró esta historia en demostrarle a Fukuyama el atrevimiento absoluto de su teoría. Revueltas, protestas e insurrecciones globales ante el creciente neoconservadurismo no tardaron en brotar manifestando la vigencia de la historia, y el subsecuente distanciamiento de esta filosofía política por parte de su propio creador.

Los defensores del mercado sostienen sus ideas utilizando el clásico argumento de la creación exponencial de la riqueza al implantar medidas tendientes a reducir lo más posible el tamaño del Estado, potenciando al sector privado cuya supuesta eficacia permitiría el abaratamiento de los costos y la prestación de servicios de mejor calidad. El resultado de esta transferencia al sector privado de trozos del patrimonio público o en otras palabras lo que antes era barato o gratuito, disponible a todos los ciudadanos, ha pasado a ser pago y más costoso, tiene secuelas más complejas cuyo análisis riguroso escapa de este humilde artículo, sin embargo de modo empírico una referencia importante para delinear algunas ideas de los supuestos beneficios del pensamiento neoliberal, es acudir a las fuentes estadísticas de los países de la OCDE, por ser estos los más avanzados del planeta y los que han adoptado políticas de libre mercado. Otra fuente se puede encontrar en el rol que han ejercido las instituciones multilaterales creadas con el precepto de asistir financieramente a los países en desarrollo y que bajo un hilo conductor denominado “Consenso de Washington” propagó los siguientes siete principios:



- - Disciplina Fiscal con reducción en la imposición

- - Liberación financiera (tasas fijadas por el mercado)

- - Apertura total a las inversiones directas

- - Eliminación de la protección aduanera

- - Privatización de todas las empresas

- - Desregulación

- - Protección total de la propiedad intelectual

Otro de los argumentos dogmáticos de estos preceptos neoliberales se basan en el crecimiento de los beneficios netos empresariales [2] como catalizador de la prosperidad, pero habría que preguntarse si esta panacea ha beneficiado equitativamente al resto del planeta y cumplido con los objetivos de desarrollo del milenio de Naciones Unidas, en especial en materia de pobreza. La respuesta, una vez más es compleja, pero basta con examinar algunas evidencias. El compromiso de los países ricos de destinar el 0.7% de su PIB como ayuda oficial de desarrollo, establecido a principios de los años 70 por el club de la OCDE, se ha incumplido en las últimas dos décadas con una reducción al 0.3%. Si examinamos durante el mismo período la renta de los países ricos observamos su multiplicación en veintidós veces mientras que los países pobres en solo siete veces..

En otro sentido las grandes empresas se devoran entre ellas mediante el esquema de fusiones y adquisiciones, mermando no solo la creación de empleos pero la destrucción de los mismos, ya que e objetivo medular es la creación de valor para sus accionistas al atenuar el costo significativo de la labor. Según el informe sobre Globalización publicado por Le Monde Diplomatique el Agosto de 2007, la suma de las operaciones puramente financieras, sin valor a la lógica industrial, ascendió de 2.736 millardos de Euros en 2006.

Este nuevo entramado financiero ha desembocado en manifestaciones como la reciente crisis financiera, iniciada en los Estados Unidos el 9 de agosto de 2007. Sus causas residen en tres aspectos básicos aderezados con ingredientes neoliberales y ensalzados por los mecanismos globalizados existentes, a saber: la gran burbuja especulativa ligada principalmente a activos inmobiliarios, el otorgamiento indiscriminado de hipotecas basura por más de una década y la carencia de regulaciones en de los mercados de derivados. Las consecuencias de esta tormenta se encuentran en plena gestación, su superación será más lenta que las experimentadas por otras de crisis, ya que trastoca la esfera moral del individuo y sus instituciones, reflejando una disfunción humana de enriquecimiento desmedido en donde la entelequia del mercado se hace insuficiente y el berreo al señor Estado sale sin pudor.

Entramos en un período de serias contradicciones donde el orden económico global bajo un pensamiento único y su efecto ético colateral, se resquebraja. El cuestionamiento radical hacia el mismo quizás no sea la respuesta requerida, mas el pluralismo y el pensamiento crítico como banderas deben erigirse, en especial en las naciones que despunten con la meta de propulsar un liderazgo compartido y multipolar.

alperezyub@yahoo.com

[1] Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), es una organización de cooperación internacional, compuesta por 30 Estados, cuyo objetivo es coordinar sus políticas económicas y sociales.

[2] Ver Navarro Vicente, Neoliberalismo y Estado de Bienestar, Barcelona, España, 2000